¿En qué consiste, exactamente, esa «estrechez»? 1. La puerta es estrecha porque es de difícil acceso y de costosa entrada. Aquí observamos cierta ambivalencia en la enseñanza de Cristo: por un lado, esta puerta exige un precio a pagar: el reconocimiento de nuestra bancarrota espiritual y moral, la angustia de sabernos pecadores inútiles, la renuncia a toda arrogancia humana, el fin de nuestro egocentrismo; por otro, conduce a la auténtica felicidad (5:3–12). Los que entran por ella son bendecidos,
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